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Familia jugando en casa

Qué hacer con los niños en casa: ideas, trucos y propuestas

¡Adiós al aburrimiento!

Actualizado: 30/03/2020

Estar apaciblemente en casa, no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento para los críos, sino todo lo contrario: puede ser una oportunidad única para que saquen a relucir su creatividad y para que se diviertan y aprendan a partes iguales.
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Lo que vas a leer a continuación no pretende ser una guía de tareas, ni una agenda virtual para niños, ni siquiera aspira a ser original, ya que por Internet ya circulan cientos de posts y noticias capaces de abrumar al padre más activo con mil y una actividades para que los niños no entonen el ya clásico ¡me abuuurroooo!

No existen las fórmulas infalibles para que no se suban por las paredes o acaben convirtiendo el salón en el escenario de una batalla campal, así que solo pretendo dejar negro sobre blanco una serie de ideas, propuestas y alguna que otra reflexión sobre cómo lograr que los niños se entretegan en casa. Tampoco hay que agobiarse: si nada de esto funciona o no tienes tiempo entre los deberes, las tareas del hogar y el teletrabajo, el aburrimiento y el juego libre pueden ser las llaves que abran las puertas de su imaginación.

1. Juegos tradicionales con un toque original

En cualquier época y lugar, los juegos tradicionales son un entretenimiento de incalculable valor. Reglas y mecánicas sencillas que todos conocemos y que pueden proporcionar horas y horas de diversión para todas las edades, sin necesidad de ningún elemento extra. El pilla-pilla, el escondite o la gallinita ciega nunca fallan, está científicamente probado. Pero lo que te proponemos es que les des una vuelta de tuerca y dejes que los niños añadan reglas o inventen variantes que les den una nueva vida a estos juegos tradicionales.

En nuestro caso, el escondite inglés se ha convertido en el pasatiempo favorito de Alba, una niña de 7 años que se lo pasa pipa poniendo obstáculos de todo tipo (cojines, sillas, mantas…) para que sea más difícil llegar hasta el que se pone de espaldas y dice eso de "1,2,3, escondite inglés...".

Detalle de varios juegos de mesa
Los juegos de cartas y de tablero son un auténtico salvavidas. Foto: Shutterstock.

Otro juego que triunfa por todo lo alto en casa es la búsqueda del tesoro, que puede llegar a extremos muy elaborados. Una opción es que lo preparen los padres, escondiendo una chuche, un juguete o peluche en algún lugar de la casa y creando una serie de pistas a través de adivinanzas, sencillos problemas matemáticos o distintas pruebas físicas o de habilidad a superar (ir de la pata coja hasta el salón, dar cinco vueltas a la terraza, llevar un libro en equilibrio en la cabeza…). La otra opción es dejar que los niños se encarguen por sí solos de elaborar el mapa del tesoro, las pistas y las pruebas, algo que los mantendrá entretenidos durante bastante tiempo ideando maneras de complicarte la vida.

Los juegos de cartas y de tablero son un auténtico salvavidas. Desempolva la baraja, el parchís, el ajedrez o ese Pictionary que te regaló tu abuelo y al que no juegas desde los años 90 y organiza un torneo familiar. Hay quien tiene una biblioteca de juegos más surtida y actualizada, con propuestas infalibles como Los colonos de Catán, el Carcassonne o el Virus, pero tampoco es imprescindible. En Internet hay miles de juegos P&P (Print and Play o "imprime y juega") gratuitos. En el foro de la Sociedad Británica del Conocimiento o en boardgamegeek.com encontrarás cientos de posibilidades, entre las que destacan por su sencillez y efectividad juegos como Love Letter o Hive.

Una familia juega a la gallinita ciega.
La gallinita ciega, el pilla pilla o el escondite, clásico infalibles. Foto: Shutterstock.

Si te has quedado sin tinta en la impresora o prefieres jugar online, la web boardgamearena.com ofrece de manera gratuita 175 juegos de mesa con los que desafiar a tus amigos o a gente de todo el mundo, desde el navegador del ordenador o a través de una app para el móvil o la tablet.

2. Creatividad al poder

Hay niños (y adultos) que nunca han tenido la oportunidad de descubrir todo su potencial creativo. Entre el cole, las extraescolares y las omnipresentes pantallas, las actividades más reposadas han ido cediendo su lugar. Siempre hay una excusa perfecta para recuperar actividades que aportan un sinfín de beneficios, incluido el puro placer de crear algo con tus propias manos. Hablamos de pintar y dibujar, claro, pero también de aprovechar esas creaciones para elaborar cuentos ilustrados o cómics.

Una niña con una caja que hecha de manualidades.
Las manualidades pueden servir también para improvisar fantasías. Foto: Shutterstock.

Es un ejercicio que puede hacerse en solitario o en compañía y que, a poco que te descuides, les llevará a superarse a sí mismos y a crear sagas que ríete tú de El señor de los anillos o los superhéroes de Marvel. Los teatrillos con marionetas o peluches, tanto si los inventan ellos como si les organizas una sesión en la que tú eres el maestro de marionetas son también muy socorridos.

Si quieres llevarlo a un nivel superior, aprovecha para hacer pequeños vídeos o cortometrajes de stop-motion con el material que creen tus hijos. El resultado merecerá la pena, aunque solo sea por las risas que os echaréis en el proceso. Y quién sabe, a lo mejor por el camino tus pequeños descubren su vocación como directores de cine.

Un padre y un hijo juegan disfrazados de superhéroes.
Los disfraces pueden ser los que compraste para Carnaval o improvisar buceando en el armario. Foto: Shutterstock.

Las manualidades también son un recurso imprescindibles. Gracias a ellas los críos (y los no tan críos) verán con otros ojos todos esos materiales que tenemos por casa y en los que nunca han reparado o que tiramos a la basura sin pensar en que pueden dar pie a auténticas obras de arte infantil. Los rollos de cartón del papel higiénico, el papel de aluminio o los envases de huevos son ideales para reciclarlos y convertir el cuarto de los niños en un museo en miniatura en permanente evolución.

Otra opción ganadora es el mundo disfraz. Y no hablamos de los comprados en los chinos, sino de los que se pueden crear en casa echándole imaginación. Aunque solo sea por un rato, deja que trasteen en los armarios, incluso que se prueben la ropa y los accesorios de los adultos o que se maquillen. También pueden aprovechar esos materiales de los que hablábamos antes para fabricarse una espada, un sombrero o una careta.

3. Cuentacuentos, bailes y videojuegos

Los recursos online son casi infinitos y pueden salvarte más de una situación complicada. No se trata de tenerlos todo el día enchufados a las pantallas, sino de recurrir a ellas en momentos concretos o siguiendo un horario previamente acordado. Al igual que los músicos o los poetas, muchos cuentacuentos están programando sus lecturas en streaming a través de YouTube y las redes sociales. La mayoría se han movilizado utilizando el hashtag #telocuentoendirecto, que te puede servir para rastrear en Instagram, Twitter o Facebook los perfiles de las cuentas más activas. Entre ellas destacamos dos propuestas: la cuenta de Facebook de La Señor de los Cuentos (con pases todos los días a las 17.30 h.) y el perfil de Instagram de @trastadasdemama (con sesiones a las 11 h. de la mañana).

Tres niños leen un cuento.
Si se cansan de leerlos, hay auténticos cuentacuentos en internet para tenerlos mucho más que entretenidos. Foto: Shutterstock.

Otra posibilidad es que en un grupo de padres y madres os pongáis de acuerdo para turnaros en la lectura de cuentos en voz alta y hagáis vídeos para compartirlos con los demás, ya sea a través de WhatsApp o "en directo", a través de aplicaciones de videollamadas como Hangouts o Zoom.

Una actividad muy divertida y que además les tendrá en movimiento es bailar o incluso crear coreografías de canciones que les gusten. Los juegos de consola tipo Just Dance son todo un filón, pero si no tienes el juego o la consola una solución asequible para todos es poner los vídeos de las canciones en YouTube y que intenten emular a los bailarines virtuales. Así descargarán la energía en el baile y no en dejarte la casa como si hubiera pasado un tornado.

Un padre y un hijo juegan con videojuegos.
Sin abusar, recuperar antiguos videojuegos y jugar en familia es otra posibilidad acertada. Foto: Shutterstock.

Los videojuegos, tan denostados desde algunos sectores, pueden convertirse en un aliado fundamental, no solo lúdico, también educativo. Prueba a compartir con ellos unas horas de juego y descubre por qué les atraen tanto. Si tú mismo estás enganchado desde los tiempos de las máquinas recreativas, aprovecha para disfrutar con ellos de juegos multijugador local tan divertidos como Overcooked! 2 (cocinar en familia nunca fue tan divertido), Mario Kart 8 o Trine 4. O dedícate a bucear en el apartado Internet Arcade de Archive.org, una espectacular biblioteca digital que te permitirá descubrirle a tus retoños esos clásicos en los que te dejabas la paga semanal, desde el mítico Tetris hasta el Pac-Man.

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