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Elena nunca quiso hacer otra cosa que continuar con el oficio familiar que había mamado en casa, en la parroquia de Merza, de 300 habitantes, del concello de Vila de Cruces en Pontevedra. Ahí, en el mismo taller de su abuelo, primero, y de su padre y su tía Agripina después, Elena Ferro crea zuecos adaptados al asfalto, en tonos energizantes, de alegres combinaciones y cómoda pisada. “Desde pequeña correteaba por el taller, tengo 48 años y desde los 18, que acabé el colegio, me dediqué exclusivamente a esto”.
No hace falta que cuente lo satisfecha que está por haber evolucionado un oficio con tanta historia, dignificando así esa labor impagable de la gente del campo. “En los años 70 se produjo la decadencia del zueco porque se dejaron de usar en el rural y se sustituyeron por otro tipo de calzado como botas de agua. Se relacionaban con la pobreza y nadie los quería. Los tradicionales se hacían con cuero natural de vaca engrasado. Para los domingos y días de fiesta, se usaban teñidos de negro con una pasta de ceniza y grasa. En zonas de montaña del norte de Europa, en Italia o en Portugal se usaban también porque aislaban de la humedad”.
A pesar del fracaso inicial de sus zuecos modernizados, Elena no se rindió y siguió dando vueltas a su idea, convencida de que el cambio funcionaría. “En el año 2010 di con una clave fundamental, adaptar la forma de la suela de madera para que no tirara del talón en el sólido suelo urbano, ya que los zuecos estaban pensados para un terreno mullido como el del campo pero no para el asfalto, e introduje otros tipos de pieles y de modelos. Y parece que gustó”, dice con modestia esta artesana Premio Nacional de Artesanía 2019.
A Lucía Freitas le chiflan los zuecos cerrados de tacón de luminosas combinaciones. Los usa siempre que acude a actos públicos y congresos. Hace diez años que Elena Fabeiro, al frente del Centro Gallego de Artesanía y Diseño, las puso en contacto, adivinando que se entenderían al instante. Y desde entonces colaboran juntas.
“Me hace abrir la mente. Tanto en los delantales como en los manteles de cuero o las cartas de vino que usa en ‘A Tafona’ (2 Soles Guía Repsol), tuve que idear el método para lograr que no mancharán y lo logramos con una grasa que no engrasa. Tanto Lucía como yo salimos del rural y lo activamos y difundimos” dice Elena.
Freitas es una fan de Ferro. Está encantada con las fundas para los cuchillos de cuero. “Siempre que se la regalo a algún cocinero amigo se une también al club de fans. Me gusta la cocreación porque nos permite aprender las unas de las otras. Además, me carga de energía hacer cosas distintas”. Cada semana, Elena se dedica a dejar volar su imaginación con zuecos que cuelga en Instagram. Un zueco nigiri, un zueco fresa, otro florido, el zueco mejillón, el sardinada, el mapamundi, el cactus… aunque su preferido es el que tiene la ubre de su vaca Paloma. Querrás tenerlos todos.
‘EFERRO’ - Riego de Agua, 4. A Coruña. Tel. 981 11 32 83.