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La nieve de marzo no ha hecho más que dar alegrías y abrir posibilidades a los amantes de los deportes blancos. Quienes los practican son conscientes de que el espectáculo de la nieve cada día es más escaso. Por eso, los copos son recibidos como un bien de lujo para el negocio de las estaciones de esquí -donde el uso de raquetas se ha popularizado y no hacen falta pistas de esquí- pero también como potenciador de las endorfinas, traducidos en dosis altas de ánimo, sabedores de que es un bien que puede tener fin.
El subidón anímico de la nieve es simultáneo para muchas familias al de la playa o las olas del mar. Una playa limpia, sin las masas veraniegas, un mar con olas que permiten surfear o practicar sup, provocan idéntico chute. No discutan familias y amigos. ¿Por qué no disfrutar en el mismo día de la nieve y de las olas? Estamos en España, una península vertebrada por maravillosas cordilleras y ribeteada por el Mediterráneo, el Cantábrico o el Atlántico.
Aquí van cuatro lugares para aprovechar la nieve y la playa en una misma jornada. Una experiencia única. Con la salida del sol, te calzas los esquís, la tabla de snow o las raquetas; cinco o seis horas después -si has aguantado- te embutes en el neopreno con la tabla de surf o te das un excelente chapuzón en el Cantábrico o Mediterráneo.
La estación Valgrande-Pajares es hermosa y sin pretensiones bobas. Oficialmente, “cuenta con un dominio esquiable de unos 30,9 km compuesto por 22,5 de pistas, 6 de esquí de fondo y 2,4 de esquí de travesía, a los que dan acceso 1 telecabina, 2 telesillas cuatriplaza, 2 telesquís y 2 cintas”. Pero es más. Para los oídos de los aficionado al ciclismo, el Puerto de Pajares siempre tendrá tintes épicos gracias a la vuelta ciclista.
Tiene guardería, tienda de alquiler y un par de cafeterías, al inicio y al final de los telesillas. Ha hecho un esfuerzo por modernizarse también para la montaña y el senderismo fuera de la temporada de nieve. Una experiencia: la excursión de raquetas de nieve nocturna. En este caso, puedes planear tu jornada al revés. Por la mañana, a la playa de San Lorenzo en el maravilloso Gijón. Por la tarde, bártulos al coche para una de raquetas a la luz de la luna.
Distancia en carretera: 104 kilómetros
Es una confabulación. Los Picos de Europa, vestidos de un blanco inmaculado, bañados por el sol te llaman desde la playa de San Vicente de la Barquera o la de Tagle, en Suances. Todo es cuestión de sacarse en neopreno del surf o del sup, aparcar esas tablas y coger la de snow o las raquetas. En una hora puedes estar en la estación de esquí del Alto Campoo o en Brañavieja.
Está en la cabecera del valle del Alto Campoo, cuenta con 23 pistas, 12 remontes, circuito de esquí de fondo y snowpark. El entorno es increíble y si al salir quieres rematar el día con una visita cultural, la zona está repleta de rastros del románico, empezando por la cantidad de iglesias y ermitas del valle del Campoo y Suso, hasta Reinosa o Aguilar de Campoo.
Distancia en carretera: 84 kilómetros
Sierra Nevada son palabras mayores para los amantes de la nieve. Aquí la hemos incluido porque está a una hora de las playas de Motril para darte el baño en el Mediterráno, después de un día de esquí de primera, pero lo vital de esa Sierra maravillosa es que está a media hora de Granada, de la Alhambra. Es la estación más meridional de Europa y la de mayor altitud de la península. ¿Quién no ha estudiado en el cole a “El Mulhacén, con una elevación de 3479, es el pico más alto de la península ibérica y el segundo de España tras el pico del Teide, de 3718. El Mulhacén -no se puede ser más arabe en el nombre y en la historia- forma parte del parque nacional de Sierra Nevada.
Sus 110 kilómetros de pistas y 21 remontes la convierten en una estación de primera, con 128 pistas. Como ha sido utilizada en competiciones internacionales -a partir de la celebración de los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino en el año 1996-, sus instalaciones son muy buenas. Y por cierto, si no te da pereza conducir, desde sus cumbres nevadas, además de bajar a Granada o las playas de Motril y Almuñecar en un mismo día, los hay que aman conducir y se plantan en Málaga -160 kilómetros-, con otra oferta de playas, cultura y gastronomía increibles.
Distancia en carretera: 90 kilómetros
Cierto, vamos un pelín forzados en lo del día esquí y playa, pero todo depende del ánimo. De la maravillosa estación de esquí de la Molina -la decana se publicita ella, desde 1943 -Candanchú en Huesca debatiría esta afirmación- a la playa más cercana, Girona o Roses, no hay una hora o 100 kilómetros, sino 140 kilómetros y casi dos horas. Pero con las endorfinas enchufadas después de una buena jornada de esquí, en una de las mejores estaciones de España ¿quien no baja a darse un baño al Mediterráneo, sacrificando la siesta? Unos cuantos lo harían.
Los 71 kilómetros de las 68 pistas de La Molina se extienden por la Cerdanya en su mayoría. La estación se publicita como el lugar de “la Copa del Mundo de Esquí Alpino (2008), los Campeonatos del Mundo de snowboard (2011) o los Campeonatos del Mundo de Esquí Alpino para discapacitados (2013)”. Pero lo más importante, además de todo eso, es su entorno. La calidad de los parajes que la rodean está por encima de la media, tanto en alojamientos como en restauración. Para colmo, disfrutar de Girona o Roses -Costa Brava, romanos y románico, masías e historia- es un privilegio. Merece la pena saltar del esquí a la playa. Además, si tienes unos días, es el territorio perfecto para dedicar un día a la nieve y otro a la arena, alternando la tarde con visitas culturales y buena comida.
Distancia en carretera: 140 kilómetros
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