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Cada octubre, O Grove se consolida como capital del marisco. Su Fiesta Gastronómica, declarada de interés turístico nacional, se convierte en la meca a la que llegan los amantes de los frutos del mar. Y cada año, sin excepción, satisface a los paladares más exquisitos. Pero esta península de las Rías Baixas gallegas no es solo marisco. Playas paradisíacas, unas vistas espectaculares sobre todo el entorno, planes termales y unas dosis de historia convierten la localidad en un plan imprescindible.
Considerada una de las mejores playas del Atlántico europeo y una de las más emblemáticas de Galicia, A Lanzada da la bienvenida a O Grove. El arenal es compartido entre el vecino municipio de Sanxenxo y el destino que aquí nos ocupa, y supone una carta de presentación inolvidable de más de dos kilómetros de arena de grano blanco y fino, aguas cristalinas y una amplia oferta de deportes acuáticos.
Limita con un complejo dunar e intermareal, el Espacio Intermareal Umia-O Grove, de gran interés ornitológico y, en uno de sus extremos, tiene la famosa capilla de A Lanzada, de estilo románico. Se remonta al siglo XIII y desde tiempos inmemoriales es lugar de peregrinación de personas atraídas por uno de los ritos de fecundidad más antiguos de Galicia.
Dijo Santiago Ramón y Cajal que “el arte y la ciencia, trabajando de concierto, han realzado en La Toja la obra de la naturaleza”. Resulta fácil de entender su inspiración con una sola parada en esta isla cuyo nombre actual es A Toxa, si bien todavía lugares como sus balnearios mantienen el extinto La Toja. El puente de acceso, el ‘Gran Hotel’, sus jabones y la Capilla de las Conchas son sus elementos -e imágenes- más emblemáticos.
La Capilla de la Conchas es una de las iglesias más curiosas que te vas a encontrar. Es, en realidad, una ermita dedicada a San Caralampio y a la Virgen del Carmen e histórico lugar de culto desde el siglo XII. Su fama se la da su aspecto exterior singular, pues está recubierta de miles de conchas de vieira desde el siglo XIX. El puente de A Toxa une desde el siglo XIX la península de O Grove con esta isla. Son tan solo 400 metros que, en su día, lo convirtieron en el puente más largo de Europa y que ofrece unas vistas fantásticas de la isla del centro de O Grove.
Los mismos manantiales que convirtieron esta isla en destino de turismo termal por excelencia también son origen de otro de sus elementos más icónicos, sus jabones, que se comercializan en todo el mundo, si bien ahora ya se fabrican en el exterior. Su antigua fábrica de jabones de La Toja se conserva y alberga el Museo Manantiales Isla de la Toja, donde uno puede conocer su proceso de producción y propiedades y, de souvenir, llevarse un lote de sus mejores productos.
Si hay un recuerdo típico que llevarse de cualquier viaje a esta isla son las piezas de artesanía a base de conchas, que las propias artesanas venden en puestecillos en la propia isla o en la Aldea Comercial y Centro de Artesanía construida hace unos años. Tampoco se podría entender esta isla sin su ‘Casino’, que a finales del XIX y en el siglo XX fue el complemento perfecto a su oferta de turismo de salud y lujo de sus balnearios. Se mantiene abierto hoy en día y son muchos los que, tras una buena sesión termal, terminan allí la jornada.
A Toxa es, por encima de todo, un lugar de relajación. El mejor plan para disfrutarla es dejarse mimar pasando la noche en uno de sus balnearios y entender por qué, desde finales del siglo XIX, ha sido el lugar elegido por las clases más pudientes para veranear. Hoy en día, se puede hacer en tres hoteles con balneario en los que alojarse, entre los que destaca el ‘Gran Hotel Balneario Eurostars Isla de la Toja’.
Recoge la tradición de la época en la que monarcas de toda Europa elegían este destino vacacional y disfrutaban de las aguas termales Gabriel García Márquez, Julio Iglesias, Severo Ochoa u Ortega y Gasset. Se erige majestuosamente junto a las aguas de la Ría de Arousa, tiene aguas mineromedicinales y es el único hotel balneario de España de 5 estrellas. Poco más que decir.
Cuatro estrellas tienen el ‘Hotel Eurostars Balneario de la Isla de la Toja’ y el ‘Talaso Louxo La Toja’, con piscinas cubiertas y al aire libre y habitaciones con vistas al mar. Pero O Grove se ha convertido en destino termal por excelencia más allá de A Toxa, con otros proyectos hoteleros en el centro de la localidad como ‘Norat Marina & Spa’ y ‘Spa Atlántico’, ambos con inolvidables visitas de la localidad y su ría.
Parada obligada para el turismo familiar. Ubicado en el monte de la isla de A Toxa, este parque infantil recrea una aldea que parece recién sacada del mundo fantástico de los hobbits y El Señor de los Anillos. Recrea el hogar de los Grobits, seres que moran en las profundidades de las aguas termales de A Illa da Toxa y salen al aire subiendo desde las grietas termales hasta conectar con el pozo que podrás ver en la aldea. Casitas en miniatura semienterradas en medio de un bosque original y de gran belleza junto columpios y elementos de juego de madera garantizan la diversión de los más pequeños.
Situado a 167 metros sobre el nivel del mar, en el punto más alto de la península de O Grove, ofrece unas vistas espectaculares del istmo de A Lanzada y del complejo intermareal del Umia y O Grove y, si el día nos acompaña y está despejado, la vista podrá alcanzar las Islas Cíes, Sálvora y Ons, o incluso Cabo Silleiro y Cabo Home, en la Ría de Vigo. La puesta de sol desde este mirador es extraordinaria.
Un paseo de madera conecta el puerto deportivo de San Vicente do Mar con el entorno de Con Negro y visita serpenteante todo el litoral en una ruta que discurre entre rocas, pinares y pequeñas calas de arena fina y agua turquesa. Todo el sendero se recorre en apenas una hora y, tanto en verano como en invierno, ofrece unas vistas espléndidas y desconexión asegurada.
La oferta la completan dos conjuntos escultóricos que bien merecen una visita: el Monumento a la mujer gallega y sus hijos, que recuerda a quienes esperan en tierra mientras los marineros faenan; y un monolito que recuerda a los voluntarios que en 2002 ayudaron a limpiar la costa gallega cubierta por el chapapote del Prestige. Al pie del paseo, junto al puerto deportivo, también nos encontraremos los dos únicos arenales de O Grove que permiten perros, O Espiño y Portiño.
Un pequeño paraíso de atardeceres inolvidables sobre el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, playas de agua transparente y arena fina y calas recónditas que, verano e invierno, harán que te enamores de O Grove. Hasta los años 70 era un erial en pleno corazón de las Rías Baixas que pocos conocían y, a día de hoy, uno de los destinos más buscados de las Rías Baixas.
Partiendo de Pedras Negras y pese a la masificación de los últimos veranos, aún es posible encontrar calas recónditas, apenas exploradas y paradisíacas. A Barrosa -con su parada obligada en ‘El Náutico’-, Con Negro, Castiñeira, O Carreiro, Area Grande, Mexilloeira, As Pipas, Area de Reboredo y Punta Moreiras serán un plan perfecto para cualquier día.
Importante yacimiento arqueológico que se encuentra a la orilla del mar, al borde de la playa de O Carreiro, en San Vicente do Mar. Lleva el nombre de Adro Vello en referencia a una vieja iglesia que buscaba cristianizar la zona y eliminar los cultos paganos.
Se pueden observar, en capas superpuestas, restos de edificaciones de varias épocas históricas. Una villa romana, una necrópolis de inhumación de los siglos V-XVIII, la planta de una iglesia visigótica del siglo V y elementos de una fortificación de la Baja Edad Media, posterior al siglo XII, hecha como protección ante posibles agresores que llegasen por mar.
Una forma diferente de conocer O Grove es surcar sus aguas a bordo de uno de los catamaranes o barcos de paseo con atraque en el muelle. Ofrece unas vistas privilegiadas de la Ría de Arousa y sus fondos marinos, te acercan a puestas de sol mágicas y te permiten relajarte degustando un buen vino albariño y/o degustando unos mejillones recién preparados o una completa mariscada. La oferta de excursiones es amplia.
La Fiesta del Marisco que se celebra cada octubre es cita obligada para los amantes de la gastronomía gallega, pero O Grove ofrece mucho más durante todo el año. Una amplia oferta de restaurantes para todos los gustos y bolsillos en los que el marisco es el rey, sin desmerecer los pescados frescos de la ría que se comercializan en su famosa lonja.
Puedes aprovechar tu visita a O Grove para hacer una parada en su mercado de abastos y llevarte a casa producto de calidad o ver por dentro la subasta en una lonja de referencia para la centolla. La de O Grove tiene su sello de calidad propio.
Si de restaurantes hablamos, nos vamos a quedar con dos, conscientes de que podrían ser decenas y todos ellos serían una buena idea. ‘Culler de Pau’ (3 Soles Guía Repsol) es uno de los principales motivos que llevan al turista amante de la gastronomía a visitar la zona. El chef Javier Olleros ha creado un concepto intimista, con texturas delicadísimas que potencian una materia prima brutal. Su cocina es Galicia, claramente. Mar y verde que se degusta en un lugar privilegiado con vistas a su huerto.
También merece la pena acudir a ‘Meloxeira Praia’ (Recomendado por Guía Repsol). Bien podría ser cualquiera de los que surcan las playas de O Grove, lo que nos atrae de este es Álvaro Fuentes, que ha vuelto a sus orígenes tras convertir en parada obligada su local de Porto Meloso. Es un chiringuito con el servicio de un restaurante gastronómico que permite, con los pies en la arena, degustar el mejor producto.
San Vicente y O Grove son, desde hace años, sinónimo de buena música gracias a ‘El Náutico’, un local a pie de la playa de A Barrosa en el que puedes encontrarte a Ivan Ferreiro en la barra como a Jorge Drexler tocando clásicos argentinos o a Pepe Solla (‘Casa Solla’; 3 Soles Guía Repsol) cocinando una paella o sirviendo uno de los platos de su restaurante ‘La Radio’ (Santiago de Compostela) en un córner que dura lo que la temporada de conciertos.
Punto de encuentro de artistas, de cocineros y de amantes de los lugares con un aura especial, Solete Guía Repsol, abre todo el año, excepto los dos meses más duros del invierno.
La oferta musical de San Vicente creció. Además de ‘El Náutico’ y los chiringuitos que desde hace años deleitan a sus clientes con música en vivo, abrió sus puertas ‘Frank sin Ancla’ en el local de la desaparecida cafetería de Pedras Negras. Es una apuesta del músico manchego Julian Maeso, un espacio al lado del mar con música en directo, un museo de la historia de la música y sus instrumentos y buenas copas.
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