-
Calentar en una cazuela 2 cucharadas de aceite y sofreír el arroz.
-
Añadir el doble de agua que de arroz en volumen, un poco de sal y pimienta recién molida y cocerlo, primero a fuego fuerte y luego ir bajando el fuego hasta que se consuma todo el agua.
-
Mientras se hace el arroz y, si se quiere hacer la corona de oro, quizá inadecuada cuando hay una tortilla en el menú, como es este caso, pero estupenda si se hace sola la morisqueta, batir el huevo en un tazón con una pizca de sal y pimienta blanca o negra.
-
Calentar ½ cucharada de aceite en una sartén o el wok, repartir en todo el fondo y verter la mitad del huevo batido, para hacer una tortita muy fina, cocerla como 30 segundos por una cara, que no quede muy rígida sino flexible, darle la vuelta y cocerla 30 segundos más.
-
Hacer una segunda del mismo modo.
-
Enrollarlas aún calientes, juntas si se desea, y cortarlas en tiras de ½ cm.
-
Separar unas tiras de otras y reservar.
-
Calentar en el wok 1 cucharada de aceite y sofreír el chorizo a fuego mediano, removiendo sin parar para que suelte su grasa y se sofría, sin que se queme el pimentón, un punto capital, como siempre que se cocina con este polvo de pimiento español.
-
Luego añadir el jamón, dar dos vueltas y echar el arroz, para sofreírlo durante 1 minuto dándole vueltas.
-
Añadir las verduras picadas y seguir salteando y moviendo con espátula de madera para no quebrar el arroz durante 2-3 minutos más.
-
La verdura ha de quedar crujiente, casi cruda.
-
Bajar el fuego, añadir la salsa de soja, incluso un poco más si se es gustoso.
-
Probar de sal y rectificar.
-
Apagar el fuego y echar la morisqueta en una fuente amplia, para que se enfríe sin que el arroz se apelotone.
-
Cuando se haya enfriado un poco, pasarlo al recipiente en el que va a ir al pícnic y colocar por encima la corona de oro, los "fideos" de huevo en una corona.
-
Sofreír la cebolleta hasta que esté transparente pero no hecha del todo.
-
Poner las anchoas a remojo en agua para retirar el exceso de sal y aceite.
-
Lavar las espinacas y retirar los tallos más gruesos, todos.
-
Si las hojas son pequeñas, dejarlas enteras.
-
Si son grandes, cortarlas en trozos, pero no desmenuzarlas.
-
Poner a fuego mediano o bajo una sartén de formato rectangular, pero también redonda si no hay otro remedio.
-
Batir los huevos con una pizca de sal, bien de pimienta y añadir el caldo que se tenga, la salsa de soja y volver a probar de sal.
-
Ni las espinacas ni la cebolleta tienen sal, pero las anchoas sí, de modo que salar con moderación.
-
Además se sirve con más salsa de soja, que es muy salada.
-
Dividir el batido de huevos en dos partes iguales.
-
Con un papel de cocina bien untado de aceite, frotar la sartén ya caliente.
-
Verter un tercio de una de las mitades del batido de huevos en la sartén y extenderlo en todo el fondo por igual.
-
Cuando esté casi cuajado, colocar encima la mitad de las cebolletas y la mitad de las espinacas.
-
Enrollar la tortilla sobre sí misma siempre a lo largo, no a lo ancho, pero en el sentido que se quiera, de abajo arriba o de arriba abajo y darle alguna vuelta en la sartén para que se cuaje bien hasta dentro.
-
Dejarla en un extremo y volver a pasar el papel untado de aceite por la sartén y añadir más batido de huevo en una capa fina y, cuando esté medio cuajado, repartir la mitad de las anchoas y la mitad del eneldo, enrollar de nuevo la tortilla.
-
Darle alguna vuelta más para que se termine de hacer, no debe quedar con huevo líquido.
-
Volver a untar de aceite el fondo de la sartén después de haber dejado retirada en un lado la tortilla ya cuajada y echar el último tercio de batido de huevo.
-
Enrollar cuando esté cuajado y dejar aún sobre el fuego dándole vueltas hasta que se haya hecho hasta el centro.
-
Retirar a una fuente y prensar muy poco con una tabla y un pequeño peso, para que su sección quede un poco rectangular, pero que no se aplaste.
-
Repetir la operación de nuevo con el resto de los ingredientes, para hacer dos rollos iguales y prensados.
-
Cuando se haya reposado, cortar en porciones.
-
Servir a temperatura ambiente con salsa de soja.
-
Lo ideal sería llevar la tortilla con el resto de platos de la comida en una de esas cajas japonesas, bento.
-
Pero también, por qué no, en una torre de tarteras al estilo chino, ¿recuerdan las tarteras montadas que le preparaba el abuelo cocinero a su nieta en Eat, Drink, Man, Woman, de Ang Lee?
-
Introducir en el frigorífico 4-6 envases de unos 125 ml de capacidad, los de cristal de yogures o mousses reciclados son perfectos.
-
Poner a remojo en agua muy fría la gelatina y escurrirla en un colador a los 5-6 minutos.
-
Reservar.
-
Pelar y limpiar el mango y cortarlos en trozos.
-
Introducir la mitad de los trozos en el vaso de la batidora y añadir el zumo de limón (lo mínimo indispensable para evitar la oxidación de la fruta, el ácido entorpece el cuajado de la gelatina).
-
Los trozos del otro medio mango repartirlo un poco más picado entre los envases que están en el frigorífico.
-
Poner a calentar 3-4 cucharadas del agua en un cazo y, cuando hierva, apagar el fuego y añadir la gelatina escurrida.
-
Remover bien y añadir al cazo parte del resto del agua fría, añadir al vaso de la batidora con el resto del agua, la nata –sin montar– y la leche de coco.
-
Batir todo bien y rellenar los envases ya fríos.
-
Consejo: Si no se es gustoso del coco, se puede sustituir la leche por más nata o, incluso, por más mango triturado en puré.