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El Bruc

Montserrat y 'El Timbaler del Bruc'

La leyenda acompaña a esta población del Anoia, situada a los pies de la montaña de Montserrat, desde la Guerra del Francés en 1808, cuando un joven tamborilero utilizando el eco de los montes cercanos engañó al ejercito enemigo haciéndole creer que el redoble de su tambor era el de un gran destacamento. Verdad o no, esta historia ha inspirado obras literarias y películas y una ruta por los escenarios de la batalla. Su protagonista tiene en el pueblo de El Bruc un monumento y a él se le dedica una fiesta cada mes de junio para conmemorar la efeméride.

El Bruc es una de las entradas a la montaña de Montserrat. De hecho, gran parte del municipio está incluido dentro de los límites del Parque Natural de Montserrat. Por eso uno de los mayores atractivos de la visita es hacer algún recorrido por este relieve bellísimo y singular. El Bruc creció, como otros muchos pueblos de la temprana Edad Media, bajo la protección de un castillo del que hoy apenas quedan unos restos. También de esa época permanece el testimonio de pequeñas iglesias románicas, como la de Sant Pau Vell de la Guàrdia, la de Sant Miquel de Vilaclara y la Iglesia Parroquial de Santa María, cuya construcción se culminó en el siglo XIII. Este templo conserva unas valiosas pinturas góticas ejecutadas sobre la pared interior del ábside románico.

El paseo por las calles de El Bruc descubre un patrimonio modernista destacable, con casas señoriales como Can Casas y Can Diaz o Villa Antoinette. Por último, es muy recomendable visitar el museo local dedicado a la montaña de Montserrat para tomar el pulso a este territorio mágico con mucha historia que contar. 

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