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Cinturón de Hierro

Sopela, Bizkaia/Vizcaya

En este lugar hubo un tiempo en el que se cambiaron las preciosas vistas por las ametralladoras, el cielo por el subsuelo, la sombra de los alargados eucaliptales, por las bombas que caían del cielo. Era la Guerra Civil. Tiempos en los que Bilbao sobrevivía del asedio protegida tras un enorme escudo de piedra,  el ‘cinturón de hierro’ como lo denominaron las tropas enemigas. Esta parte del terreno que a día hoy permite tener una bella panorámica de algunos de los municipios de la comarca de Uribe, fue en 1937 la muralla que recorrió toda la provincia como defensa. La orografía del terreno sugirió su construcción, entre las laderas de Arene y Urkomendi que dominan el paisaje. Allí brotaron nichos para ametralladoras, pozos de tirador, refugios, pasadizos secretos –para cobijarse de las bombas– y una completísima red de fortines blindados comunicados con trincheras. Cuando la guerra consiguió –no con poco esfuerzo–desestabilizar este inmenso fortín, representante de la resistencia vasca, cayó Bilbao y junto a él su cinturón. Sin embargo, muchas de sus construcciones se han conservado con el tiempo, en concreto en Sopela. Hoy día suponen una interesante visita turística, en la que profundizar en el corazón de la comarca, extraer estupendas panorámicas de la frondosa vegetación, y ahondar en una guerra a la que los vascos construyeron su propio escudo, con el corazón de hierro.

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