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Plaza de San Pedro

Galdames, Bizkaia/Vizcaya

La plaza San Pedro todavía huele a hierro. Una de las localidades marcadas por las minas, como es Galdames, ha tenido durante su historia varias "fiebres del oro" desde que los romanos empezaran a extraer este mineral. Aquí, ese pasado se materializa en una escultura. En honor a Martínez de las Rivas, persona ligada a la industria vizcaína, se levanta el monumento intentando rememorar escenas que tienen a las minas como núcleo esencial. Ese olor domina una plaza que sitúa al ayuntamiento en sus contornos, en el fondo del marco. De tonos cálidos, el gran edificio protege su entrada a través de tres grandes arcos situados bajo la balconada. Muy cerca, este conjunto se ve engrandecido por el poder celestial que representa la iglesia de San Pedro. De estilo neoclásico, su campanario se alza en piedra por encima del escudo que corana su acompañante en esta travesía, la casa consistorial. La irregular explanada queda completa con un conjunto de tradicionales viviendas que sintetizan el verdadero espíritu de los pueblos vascos. En uno de los lugares más recónditos de toda Bizkaia, la plazuela de San Pedro pretende cautivar a través de la fuerza de sus minas.

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